Todos hemos oído hablar del fraude alimentario. Tenemos ejemplos constantemente en las noticias: escándalo de la carne de caballo, melamina en la fórmula para bebé, miel falsa, aceite de oliva no virgen y más. No obstante, este artículo se centra en cuestiones de las que muchas veces no oímos hablar: soluciones tangibles y cómo las empresas mitigan los desafíos del fraude alimentario mientras que protegen su marca.
PRIMERO, UNOS DATOS:
RETOS CLAVE
Tenemos la gran fortuna de vivir en un tiempo en el que la digitalización de los procesos empresariales está convirtiéndose en norma y llegando con rapidez a las masas. Esto proporciona una oportunidad sin precedentes para que las marcas digitalicen su cadena de suministros y aumenten sus conocimientos de los datos rastreando los productos desde la explotación agrícola hasta el tenedor. Nos referimos a esto como trazabilidad digital de principio a fin basada en el producto.
Para mitigar el fraude alimentario, las materias primas, el embalaje y los productos finales tienen que rastrearse físicamente en tiempo real a través de la cadena de suministro. Puede estar preguntándose: “¿Por qué físicamente? ¿No estoy ya rastreando mis productos de forma eficaz?” Desgraciadamente, la respuesta suele ser no.
Aquí tiene un ejemplo concreto. Una empresa de café orgánico se da cuenta de que su producto es objeto de fraude. La empresa ya rastrea sus lotes de productos y tiene una cadena de custodia implantada, que básicamente realiza un seguimiento de la cronología de la documentación y, por tanto, de las operaciones de ventas dentro de la cadena de suministro.
Este es un escenario típico en el que pueden ocurrir distintas actividades de fraude. Los ejemplos incluyen:
Como puede ver, hay varios retos para superar el fraude alimentario y cada vez es más importante mitigar los riesgos y encontrar soluciones eficaces para proteger tanto a los consumidores como a las marcas.
SOLUCIONES CLAVE
Una de la formas más efectivas de combatir el fraude alimentario es implantar la trazabilidad digital basada en el producto, que también se conoce como la serialización de siguiente generación.
¿Cómo funciona? Cada producto (desde las materias primas hasta el producto final) tiene un identificador único que conoce el propietario de la marca. La asignación de un identificador único en cada producto, no obstante, no reduce el fraude en sí mismo. Para mitigar el fraude, necesitamos conectar los puntos de datos de la cadena de suministro, y el identificador único en cada producto es una parte vital de este proceso. Con estos datos, la cadena de suministro pasa a estar conectada y, por tanto, a ser inteligente. Aquí es donde se produce la magia.
Por ejemplo, piense en la empresa de café orgánico que mencionábamos antes. La empresa podría rastrear y realizar un seguimiento de los productos físicos dentro de la cadena de suministro, desde la vaina hasta la taza. Dado que los identificadores únicos son conocidos por los proveedores y los propietarios de marca, ahora es posible detectar tendencias irregulares que se producen dentro de la cadena de suministro en distintos puntos de comprobación, incluyendo el consumidor. También el identificador único es una manera de fidelizar a los consumidores a través de campañas de marketing y programas de fidelidad. Las marcas pueden obtener mucha información de los clientes de esta manera.
Después de implantar una solución de trazabilidad digital de principio a fin basada en el producto, este es el aspecto que tiene la imagen del fraude:
CONCLUSIÓN
Claramente, el sector de alimentos y bebidas puede obtener inmensos beneficios de las soluciones de trazabilidad, pues pueden ayudar a proteger al público (p.ej., los consumidores) y las marcas. Afortunadamente, dichos sistemas ahora son una realidad y son accesibles. Principalmente, OPTEL es un proveedor de soluciones de trazabilidad multinacional que ayuda a empresas de Fortune 500 a enfrentarse a los retos del fraude alimentario y mejorar la visibilidad de la cadena de suministro usando la IA, el IoT y la cadena de bloques.